Jesús los miró, y les dijo: «Eso es imposible para los hombres, pero para Dios todo es posible».
Mateo 19:26
En cierta oportunidad, al niño le llamó la atención que un inmenso elefante del circo estuviera atado por una de sus patas con una diminuta cadena a una pequeña estaca de madera clavada al piso. Con la extraordinaria fuerza que tienen estos animales simplemente podía romper la cadena o desenterrar la estaca y liberarse con sólo unos pocos tirones.
-“No lo hace porque no sabe qué puede hacerlo” fue la explicación del encargado.
Así es efectivamente. Los elefantes de circo desde pequeños son atados por una de sus patas con una cadena a una estaca clavada al piso. Cuando aún son cachorros no tienen la fuerza suficiente para zafarse de su atadura. Por más intentos que hacen, no logran liberarse. Es así como al ir creciendo “aprenden” que no les es posible soltarse de esa atadura. Cuando son grandes y a pesar de toda su extraordinaria fuerza, tienen “perfectamente aprendido” que no son capaces de romper tan elemental ligadura.
Recuerdo el caso de un joven a quien su madre vivía diciéndole a modo de “aliento”: –“No vas a poder” en cada dificultad, cada desafío que le tocaba enfrentar.
Los “no vas a poder” de su madre se instalaron de tal manera en su vida, que aún hoy siendo una persona grande y adulta, este hombre tiene serios problemas para enfrentar las dificultades de la vida.
El elefantito atado con una cadena. Tiene las fuerzas y todo lo necesario para romper todas y cada una de sus ataduras, sin embargo no sabe qué puede hacerlo.
Así somos los seres humanos. Desde pequeños vamos aprendiendo que hay dificultades con las que no podemos. Y ese “no vas a poder” se arraiga tan en lo profundo de nuestro ser que aún cuando somos adultos y provistos de todo lo que necesitamos para ello, “tenemos aprendido” que no vamos a poder.
Hoy nos asiste el Poder del Todopoderoso, la fe en nuestro Señor Jesucristo, y la confianza de que nunca estamos solos nos da la fortalece para reconocer y recordar que nada se escapa a su mirada y voluntad, y lo que hoy pueda ser imposible para los hombre, para Dios no lo es.
Hoy te animo, a que pienses, te detengas y medites:- Si en estos momentos vives atado a algo que te carga y limita, te esclaviza y no te deja caminar, que te mantiene literalmente preso, es hora de que digas ¡Basta! ¡El Señor está conmigo! No temo, pues confío que para Dios nada es imposible que no pueda realizar por sus hijos.
La Palabra del Señor es clara cuando dice:
_ “Venid a mí todos los que estén trabajados y cargados, y yo os haré descansar”
Mateo 11:28
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