La Esperanza me desafía a tomar riesgos.
Los Riesgos me conducen a los cambios.
Los cambios acrecientan mi fe.
Mi fe me limpia los ojos para volver a ver la Esperanza.
Y la Esperanza me introduce otra vez en un nuevo tiempo con Dios.
Son los nuevos comienzos con Dios los que cierran la puerta al cansancio y a la distracción.
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