Un empresario agricultor, de poco estudio, participaba todos los años de la principal feria de agricultura de su ciudad. Lo más extraordinario es que él siempre ganaba, año tras año, el trofeo: Maíz del Año.
Entraba con su maíz en la feria y salía con la faja azul recubriendo su pecho. Su maíz era cada vez mejor. En una ocasión de esas, un reportero de TV abordó al agricultor después de la tradicional colocación de la faja de campeón. Él quedó muy intrigado con la revelación del agricultor, de como acostumbraba cultivar su calificado y valioso producto. El reportero descubrió que el agricultor compartía buena parte de las mejores semillas de su plantación de maíz con sus vecinos.
¿Cómo puede usted compartir sus mejores semillas con sus vecinos, cuando ellos están compitiendo directamente con usted?
El agricultor respondió: ¿Usted no sabe? ¡Es simple!
El viento recoge el polen del maíz maduro y lo lleva de campo en campo. Si mis vecinos cultivaran maíz inferior al mío, la polinización degradaría continuamente la calidad de mi maíz. Si yo quiero cultivar maíz bueno, tengo que ayudarlos a cultivar el mejor maíz, cediendo a ellos las mejores semillas.
Para Reflexionar:
* Aquellos que escogen estar en paz, deben hacer que sus vecinos estén en paz.
* Aquellos que quieren vivir bien, tienen que ayudar a los otros para que vivan bien.
* Aquellos que quieren ser felices, tienen que ayudar a los otros a encontrar la felicidad, pues el bienestar de cada uno está ligado al bienestar de todos.
¿Ahora entiendes que todos somos importantes unos para otros y que para vivir bien, dependemos unos de los otros?
Espero que también consigas ayudar a tus vecinos a cultivar cada vez más las mejores semillas, los mejores maíces y las mejores amistades.
Para tratar contigo mismo, usa la cabeza.
Para tratar con los otros, usa el corazón
"Y busquen el bienestar (la paz) de la ciudad adonde los he desterrado, y rueguen al SEÑOR por ella; porque en su bienestar tendrán bienestar".
Jeremías 29:7
“Porque sembraron viento, y torbellino segarán; no tendrán mies, ni su espiga hará harina; y si la hiciere, extraños la comerán”.
Oseas 8:7
Un águila y una zorra que eran muy amigas decidieron vivir juntas con la idea de que eso reforzaría su amistad.
Entonces el águila escogió un árbol muy elevado para poner allí sus huevos, mientras que la zorra soltó a sus hijos bajo unas zarzas sobre la tierra al pie del mismo árbol.
Un día que la zorra salió a buscar su comida, el águila, que estaba hambrienta cayó sobre las zarzas, se llevó a los zorruelos, y entonces ella y sus crías se regocijaron con un banquete.
Regresó la zorra y más le dolió el no poder vengarse, que saber de la muerte de sus pequeños; ¿Cómo podría ella, siendo un animal terrestre, sin poder volar, perseguir a uno que vuela?
Tuvo que conformarse con el usual consuelo de los débiles e impotentes: maldecir desde lejos a su enemigo.
Más no pasó mucho tiempo para que el águila recibiera el pago de su traición contra la amistad.
Se encontraban en el campo unos pastores sacrificando una cabra; cayó el águila sobre ella y se llevó una visera que aún conservaba fuego, colocándola en su nido.
Vino un fuerte viento y transmitió el fuego a las pajas, ardiendo también sus pequeños aguiluchos, que por pequeños aún no sabían volar, los cuales se vinieron al suelo.
Corrió entonces la zorra, y tranquilamente devoró a todos los aguiluchos ante los ojos de su enemiga.
Nunca traiciones la amistad sincera, pues si lo hicieras, tarde o temprano del cielo llegará el castigo (Fábula de Esopo)
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Muchos viven por la vida olvidando los principios que la rigen. Es real que uno recibe lo que en un tiempo siembra, es la ley de siembra y cosecha.
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“En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia”.
Proverbios 17:17
Existe un milagro sobre la amistad que vive dentro de nuestro corazón.
"Los parientes vienen impuestos, los amigos se eligen"
Un Amigo nunca te dice lo que Tú quieres escuchar, te dice la verdad y lo que es mejor para ti.
Amigo no es la persona que te seca las lágrimas, sino la que evita que las derrames...
Llega un día cuando uno entiende que la amistad es un perfecto regalo que viene de Dios.
Mejor que diamantes o riqueza, es el amor de un amigo verdadero.
Los buenos amigos son difíciles de encontrar, más difíciles de dejar e imposibles de olvidar.
La verdadera amistad nunca termina, los amigos son para siempre.
Los buenos amigos son como estrellas. No siempre las ves, pero sabes que siempre están allí.
La mayoría de las personas entran y salen de tu vida, pero sólo los amigos dejan huellas en tu corazón.
Los amigos son ángeles que se levantan cuando tus alas han olvidado como volar.
Amigos son aquellos extraños seres que nos preguntan cómo estamos y se esperan a oír la contestación.
La amistad es como la salud: Nunca nos damos cuenta de su verdadero valor hasta que la perdemos.
Gracias por no juzgar. Gracias por escuchar sin opinar. Gracias por hacerme saber que siempre estarás allí si te necesito. Gracias por hacerme saber que, aunque hago cosas que no comprendes, me estás esperando, al otro lado del valle que ahora mismo nos separa.
Nunca olvides de decirle a un amigo - ¡Gracias por tu amistad!
“El hombre perverso levanta contienda, y el chismoso
aparta a los mejores amigos”.
Proverbios 16:28