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Hebreos 5:12-14
Nuestro Padre celestial desea que
crezcamos espiritualmente. Él nos pone en una escuela de fe, por así decirlo,
para enseñarnos a seguirlo. Hoy reflexionaremos juntos cuatro prácticas más que son necesarias para vivir una vida en
Cristo.
Primero, el Señor quiere que lo obedezcamos. Algunas de sus
enseñanzas son fáciles de seguir, mientras que otras son difíciles. Elegir
nuestro propio camino puede hacernos sentir bien al comienzo, pero el resultado
final es siempre el sentimiento de pesar. En cambio, cada acto de obediencia
edifica la fe.
Segundo, el Señor nos enseña a depender de Él. De hecho, a
veces nos llama a la acción en áreas que parecen humanamente imposibles. Por
ejemplo, perdonar un acto de atrocidad es algo que consideramos más allá de
nuestra capacidad. Pero, cuando no podemos lograr lo que Él demanda, confiamos
en que su poder nos lo permitirá.
Tercero, nuestro Padre celestial quiere que esperemos en Él. El camino de
Dios es lo mejor, y Él desea que confiemos en su voluntad y seamos pacientes.
Cuarto, la Biblia nos enseña que confesemos nuestros pecados a Dios, que
nos arrepintamos y que aprendamos de
ellos. Dios no espera perfección de nosotros, pero sí quiere ver
una respuesta saludable a nuestras faltas.
El Padre celestial quiere que sus hijos tengamos vida abundante y significativa. Por esta razón, envió a su Espíritu Santo a morar en nosotros, equiparnos y darnos poder, a fin de que podamos alcanzar nuestro mayor potencial. Podemos elegir cooperar con este plan, o vivir al margen de lo mejor que Él tiene para nosotros.
¿Qué elegirás HOY?
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