Se oye un son en alta esfera:
"¡En los cielos gloria a Dios!
¡Al mortal paz en la tierra!"
Canta la celeste voz.
Con los cielos alabemos,
Al eterno Rey cantemos
A Jesús, que es nuestro bien,
Con el coro de Belén;
Canta la celeste voz:
"¡En los cielos gloria a Dios!"
El Señor de los señores,
El Ungido celestial,
A salvar los pecadores
Vino al mundo terrenal.
Gloria al Verbo encarnado,
En humanidad velado;
Gloria al Santo de Israel,
Cuyo nombre es Emanuel;
Canta la celeste voz:
"¡En los cielos gloria a Dios!"
Príncipe de paz eterna,
Gloria a ti, Señor Jesús;
Entregando el alma tierna,
Tú nos traes vida y luz.
Has tu majestad dejado,
Y buscarnos te has dignado;
Para darnos el vivir,
A la muerte quieres ir.
Canta la celeste voz:
"¡En los cielos gloria a Dios!"
"Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! "
(Lucas 2:13-14)