Madre Mía
Pero yo te beso más.
Como el agua en los cristales,
Caen mis besos en tu faz.
Te he besado tanto, tanto,
Que de mí cubierta estás
Y el enjambre de mis besos
No te deja ni mirar.
Si la abeja se entra al lirio,
No se siente su aletear:
Cuando tú, a tu hijito escondes
No se le oye el respirar.
Yo te miro, yo te miro
Sin cansarme de mirar,
Y qué lindo niño veo
A tus ojos asomar.
El estanque copia todo
Lo que tú mirando estás;
Pero tú en los ojos copias
A tu niño y nada más.
Los ojitos que me diste
Yo los tengo que gastar
En seguirte por los valles,
Por el cielo y por el mar.
Muchas mujeres hicieron el bien;
Más tú sobrepasas a todas.
Engañosa es la gracia, y vana la hermosura;
La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.
Proverbios 31:29-30
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