Habitar los hermanos juntos en armonía!”
Salmo 133:1
No hace mucho tiempo, dos hermanos que vivían en granjas adyacentes cayeron en un conflicto. Este fue el primer problema serio que tenían en 40 años de cultivar juntos hombro a hombro, compartiendo maquinaria e intercambiando cosechas y bienes en forma continúa.
Comenzó con un pequeño malentendido y fue creciendo hasta que explotó en un intercambio de palabras amargas seguido de semanas de silencio.
Una mañana alguien llamó a la puerta de Luis [el hermano mayor]. Al abrir la puerta, encontró a un hombre con herramientas de carpintero.
- "Estoy buscando trabajo por unos días", [dijo el carpintero], "quizás usted requiera algunas pequeñas reparaciones aquí en su granja y yo pueda ser de ayuda en eso".
- "Sí", [dijo el mayor de los hermanos]:- “Tengo un trabajo para usted.
Mire al otro lado del arroyo, en aquella granja vive mi vecino, bueno, de hecho es mi hermano menor.
La semana pasada había una hermosa pradera entre nosotros pero él desvío el cauce del arroyo para que quedara entre nosotros. Él pudo haber hecho esto para enfurecerme, pero le voy a hacer algo mejor.
¿Ve usted aquella pila de desechos de madera junto al granero? Quiero que construya un muro de dos metros de alto, no quiero verlo nunca más”.
- [El carpintero le dijo]: "Creo que comprendo la situación".
El hermano mayor le ayudó al carpintero a reunir todos los materiales y dejó la granja por el resto del día para ir por provisiones al pueblo.
Cerca del ocaso, cuando el granjero regresó, el carpintero justo había terminado su trabajo.
El granjero quedó con los ojos completamente abiertos, su quijada cayó. No había ningún muro de dos metros. En su lugar había un puente que unía las dos granjas a través del arroyo. Era una fina pieza de arte.
[En ese momento, su vecino, su hermano menor, vino desde su granja y abrazando a su hermano mayor le dijo]:
- "Eres una gran persona hermano, mira que construir este hermoso puente después de lo que he hecho y dicho, perdona mi egoísmo" [Y se fundieron en un gran abrazo].
Mientras ello sucedía, el carpintero tomaba sus herramientas, y las ordenaba con paciencia en su caja.
- "No, espera". "Quédate unos cuantos días, tengo muchos proyectos para ti", [le dijo el hermano mayor al carpintero].
- "Me gustaría quedarme", [dijo el carpintero], "pero tengo muchos puentes por construir".
El pecado fue un muro entre Dios y el hombre, durante muchos siglos hubo una separación plena de Dios.
Sin embargo, al ver Dios la necesidad en que estaba el hombre y la ignorancia de su realidad, decidió hacer un puente que restableciera nuevamente la relación de amistad que tuvieron en el Edén.
Ese puente fue Jesús, cuando abrió sus brazos en la cruz. El fue la pauta de reconciliación, y a la vez el amor manifestado de Dios para perdonar cualquier ofensa que nos separara de él para siempre.
Muchas veces dejamos que los malentendidos o enojos nos alejen de la gente que queremos, muchas veces permitimos que el orgullo, el egoísmo se anteponga a los sentimientos. Pero no permitas que eso pase en tu vida, date la oportunidad de perdonar, amar y bendecir en todo momento, conviértete en un constructor de puentes que unan, bendigan y conforten, y no un edificador de muros que dividen, desunen y crean distancias irreconciliables.
¡APRENDAMOS DE ESTE AMOR Y SEAMOS PUENTES
QUE BENDIGAN AL MUNDO!