“Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel”.
Isaías 7:14
Carlos estaba sentado mirando la pequeña montaña de regalos que estaban cerca de la chimenea. Su madre entró y le dijo: ¿En qué piensas Carlos?
Carlos:- Estaba pensando en cuál de estos será el mejor regalo.
Madre:- Hijo, el valor de los regalos no se mide ni por el tamaño, ni por el color, el precio o la simple envoltura, ni siquiera por la utilidad del mismo. El valor de un regalo se mide por el corazón.
Carlos:- ¿Por el corazón, mami? ¡Los regalos no tienen corazón! (fue su respuesta admirado)
Madre:- Carlos, los regalos si tienen corazón.
Carlos:- No mami…mira – tomando un regalo lo puso en el oído y dijo- Mira mami, ¿no se escuchan latidos?
Madre:- Oh Carlos. Los regalos si tienen corazón. Es el corazón de quién lo da, que se extiende hasta el regalo mismo. Cuando alguien te da un regalo, solo por compromiso o con motivaciones erradas, ese regalo llega a ti sin corazón. Pero, cuando alguien te da un regalo con todo su corazón, ese palpitar viene al regalo y ese es el verdadero valor del mismo ¿entiendes ahora?
Carlos (sonrió y dijo): Uhhh, entonces tengo que volver a hacer otro regalo, porque el regalo que tengo para Rosita, no tiene corazón.
La madre le observó con cariño y amor y le dijo: Mira, nunca un ser humano ha recibido un regalo de más valor que el regalo que Dios nos dio dándonos en nuestro lugar a su único hijo Jesús, y lo hizo con todo su corazón porque nos ama, para que tú ahora tuvieras tu corazón vivo y vibrante.
Carlos:- ¿De verdad?
Madre:- Seguro hijo. Por eso tienes que amar ese regalo con todo tu corazón, porque ese regalo trae el corazón de Dios. Vive con ese regalo y para ese regalo. Y es el mejor regalo que podemos dar en cada Navidad
Sí mami – Dijo Carlos – Lo haré y salió corriendo para jugar con Rosita.
¿Has visto a Jesús como el más grande regalo para tu vida? ¿Vives para él y por él?
¡Este es un buen día para entender el corazón de Dios, y tener el mejor regalo que podamos ofrecer en esta Navidad!
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El”.
Juan 3:16-17
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