“El fin de la salvación es la vida eterna”
Romanos 6:22
A los tres días de haber muerto y ser enterrado JESUCRISTO resucitó con gran gloria (Hechos 2:23; Apocalipsis 1:17). Era imposible que la muerte pudiera retenerlo pues pues él agrado a Dios en todo y fue la ofrenda para que tú y yo fuéramos salvos (Hechos 2:24), de tal manera que venció la muerte y pago por los pecados y transgresiones de todos los hombres, así como llevo las enfermedades en sí mismo, y llevo el castigo de la rebeldía y desobediencia de cada hombre. (Hebreos 2:9 - 14) (Isaías 53:1). No hay nada que lo pudo detener, ¡Él VIVE y REINARÁ ETERNAMENTE! Él abrió la puerta de una vida eterna y de una salvación segura que nadie puede quitar ni arrebatar.
La vida eterna es sólo por la gracia de Dios: para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro (Romanos 5:21). Y la gracia no es un galardón sino un regalo.
Ahora por el sacrificio de Jesús tendremos libre entrada, libre comunicación con Dios como antes... (1ª Corintios 1:9; Hebreos 10:9; Efesios 2:23)
POR TANTO:- ¡NO DESECHES EL SACRIFICIO DE CRISTO! Él te sigue llamando a la puerta, sigue esperando que le abras tú corazón, y vengas a su encuentro.
¡SÓLO DEPENDE DE TI!
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