Manteniendo el sí se puede con la ayuda del Señor, lo lograré aunque cueste porque el Dios está conmigo. (Josué 1:9)
Mantén un espíritu diferente, de fe, de dominio, de perseverancia, mirando al Altísimo quién batalla por ti y da fuerzas cuando pareces que te agotas.
No te vuelvas atrás pues sería fracasar, pero sobre todo es ofender a Dios, pues es un indicador que estas dudando de su capacidad, recuerda su promesa, “no es con ejército ni con fuerzas, más con su Santo Espíritu”.
Por tanto permanece en la visión y en la misión, es decir depositando tu mirada en el Todopoderoso, descansando en él comprometidamente pues quién se deleita en el Señor, "él le concede las peticiones de su corazón" (Salmo 37:4)
No te asustes por el adversario que pretende que no llegues a donde quieres, ni conquistes por lo que luchas, recuerda que la actitud pesimista frente a la vida o las cosas delante, desacreditan nuestra capacidad, no da lugar a la fe que es el móvil para que las cosas sucedan.
“Para Dios no hay nada imposible”
Isaías 65:24
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