“Pero Sión dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí. ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros”.
Isaías 49:14-16
Y es que Dios posee una cualidad predominante: ¡ÉL ES FIEL! Y si es fiel es porque no falla. Cumple cada cosa que promete. Entonces, ¿Por qué te agitas y te confundes? ¿Por qué permites que la desesperación te ciegue, te confunda, te perturbe? ¿Por qué permites que la tormenta te robe la paz y que la neblina que está enfrente te haga perder el camino?
El “Gran Yo Soy”, fue, es y seguirá siendo. Las personas olvidan sus promesas, pero Dios nunca jamás se ha de olvidar de ti porque con gran amor fuiste creado. No somos para él piezas de laboratorio con las que experimenta, sino que somos su máxima creación, somos la niña de sus ojos.
Dios solo quiere perfeccionarnos en medio del valle de lágrimas que a veces atravesamos, en medio de las pruebas o dolores que cruzamos. Él nunca se borra ni está distante, aunque lo veas, o pienses que no responde a tus llamados, él sigue llenando nuestros oídos con su voz apacible:- “Yo no me olvido de ti”.
¡No desmayes, tú Dios te sostiene siempre!
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