“Por lo tanto, adviértele al pueblo que así dice el Señor Todopoderoso: “Vuélvanse a mí, y yo me volveré a ustedes –afirma el Señor Todopoderoso: Vuélvanse de su mala conducta y de sus malas prácticas”. Porque ellos no me obedecieron ni me prestaron atención dice el Señor”.
Zacarías 1:3-4
Algunos piensan que el Señor se ha demorado mucho en venir, pero él no se ha demorado, sino más bien que por amor a las almas y no queriendo que ninguna se pierda, nos ha dado más oportunidades para que todos le podamos conocer. Pero muchas veces, mientras esto sucede, la Iglesia duerme, está paralizada o permanece indiferente.
Nuestra sociedad vive desenfrenada de un lado para el otro. Pensando tan solo en vivir un presente sin meditar en las consecuencias. Creyendo que un día no tendrán que darle cuentas a Dios por lo que han hecho con la vida que él les ha regalado. Afanados en muchas veces vivir una vida loca donde impera el afán por las cosas materiales, dinero, sexo, vicios y tantas cosas más.
Pero hoy la invitación es a escudriñar nuestros caminos y volvernos al único que tiene potestad para darnos vida eterna. A reflexionar sobre aquellas cosas que puede que nos estén impidiendo avanzar en nuestra carrera espiritual. Hoy debemos acercarnos a Dios y hacer votos de obediencia y humillación. Hoy más que nunca debemos estar preparados por si Cristo viene o por si llegare a pasar algo saber que un día estaremos ante su presencia. Si no estás seguro de tu salvación, es tiempo de que asegures tu vida en Dios.
Todavía estás a tiempo de volverte a Dios, no lo dejes para muy tarde pues el reloj divino está acelerando sus horas
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